Un clásico entre clásicos.
Escribir a toda leche con un solo dedo en una máquina de este tipo.
Para ser exactos, dar con la tecla con dos dedos índices.
CLAC-CLAC-CLAC-CLAC
Me parece la efi-ciencia ficción máxima ante tan poco recurso.
Y acabar con los dedos más fuertes y gordos que una pata de silla.
Y fulminar el miedo a la hoja en blanco.
PD: Aprendí la mecanografia que sé en una máquina parecida a esta con las teclas tapadas con adhesivos de colorines.